Con ese espíritu emprendedor y pionero, nos anticipamos a las Denominaciones de Origen, y creamos en 1920 una bodega en Toro, nuestra primera bodega. Tiempo después y con la misma iniciativa y vocación de progreso y renovación, construimos, en 1960, otra bodega en Cigales.
En todo ese tiempo hemos tratado de crear y cuidar el producto que salía de cada una de ellas, el vino, tratando de marcar en él nuestra personal manera de entenderlo.
Llegado el momento de la consolidación de las Denominaciones de Origen la familia Frutos Villar adquiere en 1988 una bodega en Ribera del Duero, Bodegas Santa Eulalia.
En un empeño por abarcar las distintas denominaciones que ofrece Castilla y León, sin dejar por ello de producir también grandes vinos de viñedos propios no acogidos a Denominación de Origen alguna, Bodegas Frutos Villar comienza en 1990 a comercializar vinos de la D.O. Rueda.
Con ello hemos sido capaces de crear nuestros vinos en cuatro de las nueve zonas de calidad reconocidas en el mapa vinícola de Castilla y León.
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