Desde nuestra ubicación se pueden contemplar bellos paisajes con el mar al fondo, a veces cubierto de nubes bajas y niebla. En el atrayente paraje rural del Haza del Lino, con olor a vino del terruño y a comidas caseras de las de antes en su célebre y mimado restaurante, se puede ver al atardecer la dulzura huidora de la luz cósmica. En otras ocasiones el Mar Mediterráneo, tan cercano, se tapa con una manta de espumosas nubes. El paisaje ajusta la vestimenta en infinita gama de tonos. Algunos árboles defienden en invierno su verdor. El Haza del Lino es una bendición para la vista, el gusto y los sentidos.
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