La etiqueta de uno de nuestros vinos, la del vino Ses Nines, ilustra a nuestra madre cuando era niña jugando en la calle de su pueblo natal, Consell.
Uno de esos pueblos con tradición viticultora, de la zona del Raiguer, que sufrieron los efectos devastadores de la filoxera a finales del siglo XIX. Debido a esto, los cultivos de vid se transformaron en cultivos de almendros pero nunca desapareció esa tradición viticultora en el mundo payés.
Ya a mediados del siglo XX se produjo una reactivación del sector del vino, gracias al esfuerzo de los viticultores y vinicultores de la isla.
Aquella niña, nuestra madre, procedente de una familia de payeses, heredó un pequeño viñedo en el término municipal de Consell - un viñedo de más de 35 años, sembrado exclusivamente con la uva Manto Negro, variedad autóctona, y al estilo tradicional, con "politxó" (en vaso entutorado).
En nuestro recuerdo siempre está el particular cuidado que le dedicaba, como si de un tesoro se tratara.
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