Loess, la bodega con el mismo nombre del suelo especialmente limoso y propenso a la erosión, comenzó a escribir su historia a partir de la compra de seis viñedos en la zona de Roa de Duero.
En un principio no eran bodega, porque durante sus primeros años se dedicaron a vender la uva que producían. Sabían que tenían muy buena materia prima, pero la satisfacción aumentó cuando se dieron cuenta de que tenían la suerte de contar con unos maravillosos suelos.
El viñedo de Rueda está ubicado en una terraza sobre el río Duero, y los suelos tienen dos perfiles. El primero de arcillas y cantos rodados, y el segundo arcilloso calizo, ideal para que trabajen las raíces de las plantas.
Después de años de pruebas, el equipo formado por Jaime Saiz de la Hoya (Director Técnico durante 15 años en el Consejo Regulador de Rueda), Isaac Fernández Montaña (exenólogo en Mauro y actual enólogo en Neo) y Beatriz Álvarez (quien ha sido segunda enóloga en Emilio Moro), se pusieron manos a la obra para elaborar con octavo sentido, ese don que tiene este equipo para interpretar la añada y componer sus vinos.
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