En sus fincas de unas 14 hectáreas de laderas inclinadas de suelos de granito, cuarzo y arena en algunos casos inaccesibles como A Trabe, Finca Notario, Finca Muradella, sorprendentes parcelas que poseen una gran diversidad de variedades autóctonas.
Su filosofía es la de los viticultores de antaño, que el vino se hace en las viñas y el hombre sólo puede echar una mano. Todos los trabajos que se realizan son manuales respetando el medio ambiente, no emplea ningún producto químico como fertilizantes, herbicidas o tratamientos contra enfermedades, simplemente sigue procedimientos naturales para conservar todas las características propias de la tierra y su entorno.
|
|