Buscando terrenos para hacer un huerto y plantar lechugas, nos encontramos un terreno en el que había una viña preciosa semi-abandonada.
Contactamos con el propietario. No pudimos llegar a un acuerdo para implantar nuestro huerto, pero sí para cuidar la viña. A pesar de no ser la época de la poda, la podamos, la cuidamos e hicimos nuestra primera prueba.
Con la colaboración de la enóloga Pepa Menchón, hicimos nuestro primer vino: el Tinto Tierra 2005, de Merlot y Tempranillo.
Para nuestra alegría y sin haberlo planificado, salió un vino excelente. Siempre he pensado que la viña agradeció que la salváramos.
Año a año hemos seguido cuidando la viña con mucho cariño y ella ha seguido agradeciéndonoslo.
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